“Por favor, no hagas daño a mi madre” Nueva campaña contra la violencia de género
Finaliza un año mas y nos seguimos encontrándonos con nuevas historias de violencia contra la mujer, aunque muchas veces poco sabemos más que nombres y apellidos, fecha y edad de sus muertes. Pero detrás de esas cifras que hacen balance cada año del aumento o la disminución de la violencia y la dominación machista contra la mujer, existe una historia que muchas veces va más allá de un culpable y una víctima. Muchas veces la historia acaba de comenzar con la construcción de un nuevo maltratador en potencia, o simplemente con la destrucción de la felicidad de un niño.
Este año el Instituto Andaluz de la Mujer ha presentado su campaña anual de concienciación para la erradicación de la violencia de género. Esta vez ha querido destacar el papel de los menores que viven situaciones de violencia en el contexto familiar. Su lema, “Por favor, no hagas daño a mi madre” es un llamamiento a la denuncia por parte de los hijos de esta situación, pero sobre todo un llamamiento a la sociedad sobre la repercusión que tiene esta violencia sobre los niños y niñas que la viven de cerca.
Los datos de 2011 hasta octubre muestran que de 52 mujeres asesinadas en España, trece tenían edades comprendidas entre los 21 y los 30 años, y dos entre dieciséis y diecisiete años. Es decir, un 23% del total se encontraba en edad reproductiva. Al respecto, Sanidad, Política Social e Igualdad ha calculado que 800.000 niños son afectados por situaciones de violencia en casa. La asociación AMUVIS, ha ampliado esta cifra en un total de setecientos mil menores afectados, solo en Andalucía.
En IAM, ha atendido a más de cuatrocientos niños y niñas en su servicio de atención específica a menores. En este servicio, pionero en Andalucía, se ofrece una atención psicosocial de aquellos menores que normalmente han vivido una situación ya reconocida y denunciada por la víctima, y a partir de la propia madre se inicia un trabajo individual también con el menor. AMUVIS colabora con este programa de atención psicológica para hijos e hijas, donde además de una atención psicosocial se plantea una orientación educativa en el que entran en juego una serie de profesionales de varias disciplinas. Sin contar los servicios básicos que se ponen a disposición previamente como son el servicio de acogida, el de prevención (campañas informativas, teléfono...), el jurídico con acceso on-line, sensibilización a profesionales de la guardia civil o proyectos educativos de coeducación.
Pero no es tan fácil que los menores sean atendidos, ya que la primera tarea del reconocimiento del maltrato es una barrera aún muy alta, y hasta que ésta no se cruza no se es consciente del perjuicio que esto puede estar ocasionando a los más vulnerables. Además, tal y como denuncia el IAM, el código civil aún no recoge esta situación a la hora de proteger a los menores en caso de separación por ejemplo, cuando el maltratador puede continuar con la custodia del menor.
La mayoría de los casos que atiende este servicio del menor, son menores cuyas madres han reconocido ya el maltrato y se empiezan a tratar, en este proceso se dan cuenta de que en sus hijos está teniendo consecuencias visibles al cabo del tiempo. Algunos ejemplos de consecuencias pueden abarcar problemas de socialización (aislamiento, inseguridad, agresividad) o integración en la escuela; síntomas de estrés postraumático como insomnio, pesadillas, fobias o ansiedad; conductas regresivas; síntomas depresivos; alteraciones del desarrollo afectivo; aprendizaje de modelos violentos y posibilidad de repetirlos o, en algunos casos (como los registrados el pasado año) la misma muerte.
El día 25 se conmemora el día internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres.
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